viernes, 27 de marzo de 2015

30 años del Alhambra

30 años establecidos en la misma ciudad, en pleno Ensanche de Pamplona. 30 años viendo pasar la vida social y comercial de una ciudad que, en estos 30 años, ha experimentado un cambio radical, haciéndose más grande y más abierta, pero siempre respetándose a si misma como pequeña capital, llena de tradiciones y de historia.

Y tanto la historia como las tradiciones tienen su reflejo en la vida de un restaurante como el Alhambra. Vinculado desde siempre al buen hacer de la familia Idoate, apellido con mucha solera en el panorama gastronómico pamplonés, han dado de comer a miles de personas que buscaban solo una cosa: calidad. Calidad en el trato y en el servicio, indispensable en cualquier tipo de establecimiento, y más aún en uno de su categoría. En este aspecto, Iñaki y Esther Idoate son maestros de las relaciones públicas y en hacer que te sientas como en el propio salón de tu casa.


Y siguiendo con la calidad, es imprescindible que esta se vea reflejada en la cocina y en los platos que en ella son creados. Para ello, depositan toda la confianza en las manos y el saber hacer de Javier Díaz, navarro de Arróniz que a lo largo de muchos años ha sabido sacar partido de su experiencia y sabiduría y técnica, ofreciendo una cocina de autor con enormes destellos de alta cocina basada siempre en un producto de extraordinaria calidad. Volvemos una vez más a este término, calidad, que está siendo la base de esta pequeña reseña, por si no se habían dado cuenta.

Hablábamos de 30 años, verdad? 30 años en los que pamploneses, navarros y gentes de otras ciudades o países han encontrado en el Alhambra el lugar idóneo para una emotiva celebración familiar, para cerrar un trato empresarial, para confesar un secreto o para declararse amor eterno. Incluso las penas, "que con pan son menos", según dice el famoso refrán, habrán sido motivo en alguna ocasión de reunión en los salones de este clásico restaurante de la calle Francisco Bergamín.


Y así han pasado los años, llegando en plena forma a 2015 después de iniciar esta aventura en 1985. Han pasado los años, han llegado las canas, y junto a ellas, la experiencia en la gestión de este rincón gastronómico de Pamplona. Para celebrarlo, se ha diseñado un menú del 30º aniversario, en el que se han rescatado recetas simbólicas de alguno de esos 30 años de vida del Alhambra. Es posible que los que tengan buena memoria sean capaces de retrotraerse hacía esos años concretos mientras disfrutan de los platos que Javier y su equipo de cocina han preparado con esmero…por ejemplo, quien no recuerda que en 1985 España firmó el tratado de adhesión a la desconocida Comunidad Económica Europea? O quizá mucha gente no sepa, pero si aquellas mujeres que lo deseaban, que en ese mismo año, se aprobó el ingreso de las mujeres al Cuerpo de la Policia Nacional. Quizá las primeras mujeres policía nacional lo celebraron en el Alhambra degustando una “ensalada de pato, manzana verde en tempura, frutos secos y vinagreta de mostaza antigua”!!


Demos un pequeño salto de solo cinco años, hasta 1990. En ese año, mientras algunos sibaritas disfrutaban en una mesa del Alhambra del “talo de txangurro, infusión de carabineros, albahaca y hortalizas”, en Alemania comenzaba a desaparecer de forma oficial el Muro de Berlín, de forma mucho más lenta a como tenía que desaparecer este manjar del plato!!

Otro salto en el tiempo, camino de 1995. Diez años del Alhambra en Pamplona, asentándose como uno de los restaurantes de referencia en la ciudad. El chef de aquellos tiempos, cuyo nombre desconozco, se sacó de la manga un “arroz meloso de verduritas, ali-oli de ajo asado y galleta de amapola”. Por esta época pagábamos con nuestra querida peseta, pero es en 1995 cuando se alcanza el acuerdo para la creación de una nueva moneda común para todos los europeos, el famoso y en ocasiones desprestigiado “euro”.

Pasamos a los pescados alcanzando el año 2000. Estábamos a punto de entrar en un nuevo año, un nuevo siglo y un nuevo milenio (todo esto ocurriría en 2001, evidentemente), pero para todos nosotros fue un reto alcanzar ese año casi mágico: el año 2000. Casi se podía decir que habíamos llegado al “futuro”, sobre todo recordando las interpretaciones que se habían hecho con anterioridad del nuevo siglo. Al final fue todo mucho más normal de lo esperado. Y ni siquiera fue real el tan temido “efecto 2000”, aquel que algunos aseguraban sería una debacle por el colapso de los sistemas informáticos. Mucho más tranquilos estarían los afortunados que en el Alhambra disfrutaban de un magnífico “taco de bacalao al pil-pìl con lágrima de piquillo y chips de patata violeta”, donde va a parar!!


Ya en 2005, momento de probar el plato de carne que el Alhambra ofrecía a sus clientes, es bonito recordar que en este año se aprobaron en España los cuatro primeros proyectos de investigación sobre células madre, que a la larga han sido uno de los mayores avances médicos para tratar y prevenir enfermedades. Es un gran noticia, digna de ser celebrada con una suculenta “carrillera de ternera al vino tinto navarro con parmentier de patata y trufa negra de Metauten. Fantástico guiiño a Navarra y sus productos agroalimentarios con este plato fuerte del menú.

2010 fue ayer, como quien dice. Javier ya andaba con toda seguridad trasteando por la cocina del Alhambra, buscando la manera de alcanzar la gloria con todos sus platos. Como la gloria futbolística alcanzó España en este año ganando, por primera vez en su historia, el Mundial de Fútbol en Sudáfrica. Fue un momento soñado por todos los amantes del fútbol en nuestro país, y estoy seguro que muchos de los que lo celebraron en Pamplona habían estado disfrutando en el Alhambra con un delicioso postre como el “ravioli de coco-piña, licuado de su propio jugo, pensamientos y crema fina de maracuyá”. Ahí es nada esta sinfonía de texturas, color y sabor tropical!

Y así, de salto en salto, de año en año, nos plantamos en el día de hoy, 26 de marzo de 2015. Hay un dicho popular que dice que “un buen postre puede mejorar un mal menú”. Pero si, como es este caso, el menú es soberbio, el postre es el colofón final a una velada de auténtico placer. Y aquí el mago Javier Díaz vuelve a darlo todo con un “helado de queso cremoso de Idiazábal, compota de albaricoque y aceite Abbae de Queiles”, uno de los mejores aceites de oliva virgen extra de España.

Como ven, todo un lujo gastronómico para un bien merecido aniversario. Y además, contando con los extraordinarios vinos de una de las bodegas enseña de Navarra, Chivite: si sus vinos ya son buenos por si solos, imagínense acompañando a estos platos.

30 años, y ya camino de otros treinta, dando de comer a todo el que quiera disfrutar de una experiencia gastronómica en toda regla. Aprovechad marzo y abril para revivir con Iñaki,  Esther, Javier y todo el equipo estos 30 años de historia reciente.

Ahora solo queda que un servidor vaya por primera vez al Alhambra, para poder vivir todo esto que, de momento, solo vive en mi imaginación!!



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