domingo, 7 de diciembre de 2014

YAKITORO, LA TABERNA DE ALBERTO CHICOTE


Nuestra última visita a Madrid podía ser considerada como unas minivacaciones, ya que en la fecha en la que solemos disponer de días libres para viajar yo ya había empezado a trabajar y hubo que posponer la virtual escapada que tuviéramos pensada.

Por lo tanto, poder disponer de tres días a nuestro antojo en la capital era la excusa perfecta para concedernos algún pequeño caprichejo que meses atrás no era posible debido a mi precaria situación económica. Y como me gusta comer más que a un tonto un lápiz, era la ocasión idónea para probar alguna cosilla especial y disfrutar de la etapa de prosperidad que nos sonríe en estos momentos.

Sabíamos que el local que recientemente ha inaugurado Alberto Chicote en pleno centro de Madrid estaba siendo bastante exitoso, y aprovechando que los lunes a mediodía solían dejar 1/3 de las mesas libres para comensales sin reserva, nos encaminamos al barrio de Chueca en busca del final de la Calle de la Reina. Allí, en una soberbia esquina redondeada y luminosa se alza la taberna Yakitoro.






        (Fotos del local tomadas de la web de Yakitoro)


Alberto Chicote es uno de los chefs más mediáticos en la actualidad, gracias a sus exitosas apariciones televisivas y su carácter gruñón y bonachón a partes iguales. Pero si fue el elegido para dar el salto a la pequeña pantalla no fue solamente porque diera para el papel de un Gordon Ramsay ibérico o un Tom Colicchio (el "jefe" de TOP CHEF en su versión americana) hispano, sino por una exitosa trayectoria profesional al frente de las cocinas de los restaurantes NODO y Pandelujo, donde logró la fusión perfecta entre la cocina española y la asiática, siendo uno de los pioneros en estas artes en nuestro país.




Fueron muchas las voces que, criticando todo lo criticable con ánimo de ofender, echaban en cara a Chicote que iba dando lecciones de cómo gestionar un restaurante cuando el no era propietario de ninguno. Lo que nadie sabía era lo que pasaba por la cabeza del de Carabanchel Alto, que quizá llevaba masticando la idea de tener su propio local mucho antes de visitar "La Tana" en Pinto, el primer restaurante que intentó rescatar de la ruina en "Pesadilla en la Cocina".

Estaba claro que Chicote sería fiel al tipo de cocina con la que intenta reflotar los locales en apuros que solicitan su ayuda. Aunque seguro que es un tipo capaz de elaborar el plato más sofisticado imaginable, con ayuda de las más revolucionarias técnicas culinarias, su sencillez y naturalidad debían reflejarse en su apuesta gastronómica, como así sucede en Yakitoro. El nombre viene del término japonés "yakitori", que hace referencia a unas pequeñas brochetas de pollo típicas de la cocina nipona, modificando el final del nombre por el castizo y español "toro", para hacerlo un poco más nuestro. Y esa es la oferta principal, brochetas de los más diversos ingredientes, hechas al momento sobre brasa de carbón y aderezadas con diferentes salsas. El toque oriental siempre está presente, con sabores como los del yuzu, el pak-choi, el miso, la katsuobushi, el tofu o el vinagre de arroz.

Nosotros quizá comimos poco para lo que suele pedir la gente, pero para ser la primera vez no lo hicimos mal, dejando margen para una segunda y una tercera visita sin necesidad de repetir lo que pedimos en esta ocasión. Nos decantamos por cuatro brochetas diferentes (dos unidades en cada ración), un plato de arroz aliñado con un toque oriental y dos postres helados. Para beber, agua fresca, ya que la cerveza que me apetecía no la tenían. Grata sorpresa al saber, cuando nos trajeron la cuenta, que el agua, al ser del grifo, no la cobraban. A ver si aprenden en otros sitios donde el agua corriente es ideal para beber y no tenemos que pagar agua mineral a doblón. Y curioso el sistema para mantener frescas la cerveza, una cubeta de hielo integrada en la propia mesa.


Para las brochetas nos decantamos por una de cebolletas frescas con salsa romesco, buñuelo de bacalao con mahonesa de yuzu y chili, albóndigas picantes de pollo y tocineta ibérica y cordero marinado en yogur y hierbas. El arroz aliñado era una ración bastante abundante y con un sabor excepcional. Y los postres fueron un final soberbio: uno era de vainilla, jengibre, aceite de oliva y crackers de avellana. El otro, de fresa con wasabi, crema de chocolate y galleta de jengibre. La cuenta, 33 euros, un precio bastante ajustado teniendo en cuenta lo original del local, la calidad y el sabor de la comida y que es la apuesta personal de un rostro conocido en el panorama gastronómico español.












Se cumplió con creces la máxima de Alberto Chicote cuando habla de su cocina: disfrutamos, lo pasamos bien, hubo rock&roll, una comida informal pero bien concebida y perfectamente ejecutada, en un ambiente distendido, con todo el personal vestido con una especie de monos militares verdes que recorrían con presteza un local "decorado" de forma original, con muros y apliques colgantes de fieltro, que hacían las veces de aislante para evitar ruidos molestos. Nos dejamos muchas cosas en el tintero, pero la sensación fue muy satisfactoria y saliendo por la puerta nos emplazamos para una segunda visita. Ojalá ese día veamos al bueno de Chicote con alguna de sus chaquetillas multicolores, riéndose muy fuerte de todos aquellos que dudaron de su capacidad para regentar su propio local. De envidiosos está el mundo lleno!!

YAKITORO BY CHICOTE - 91 737 14 41 - CALLE REINA, 41 - MADRID
http://www.yakitoro.com/



1 comentario:

  1. Lo del agua del grifo lo hacen en todos los restaurantes en Japón. Imagino que Chicote importó la idea. Me has puesto los dientes largos... ¡Muy buena pinta todo! Me molaría ir, la verdad. Pero no se si mi economía se lo puede permitir. ¿A cuánto sales por cabeza comiendo en condiciones?

    Sip. ¡Me he abierto un blog!

    Cris.

    ResponderEliminar